MANIFIESTO DEL TREN DE CLAVES

  1. Los mercados son conversaciones:

    Los mercados (entendidos como los espacios donde se intercambian bienes, servicios e ideas) ya no son uní direccionales, como en el marketing tradicional. Las personas conversan entre sí, comparten opiniones, experiencias, críticas y recomendaciones, especialmente gracias a internet y las redes sociales. Las empresas ya no controlan completamente el mensaje; deben escuchar, participar y dialogar auténticamente con los consumidores.

  2. Los mercados consisten de seres humanos, no de sectores demográficos.

    Son personas reales, con emociones, deseos, opiniones, valores y experiencias únicas.Tratar a los mercados solo como datos fríos deshumaniza la relación entre empresas y clientes.Para conectar verdaderamente con ellos, las marcas deben entender a las personas como individuos, no como “targets” impersonales.

  3. Las conversaciones entre seres humanos suenan humanas. Se conducen en una voz humana.

    Cuando las personas hablan entre sí, usan un lenguaje natural, espontáneo, emocional, a veces imperfecto.En cambio, muchas empresas solían comunicarse con un lenguaje corporativo, rígido, impersonal o vacío, que no genera conexión.Para construir confianza y relación, las marcas deben hablar como lo hacen los seres humanos reales, con empatía, sinceridad y personalidad.

  4. La gente se reconoce como tal por el sonido de esta voz.

    Las personas identifican lo auténtico y humano en la forma en que alguien (o incluso una marca) se comunica.

    • Cuando alguien habla con una voz natural, honesta y cercana, los demás reconocen que hay una persona real detrás, no una máquina ni una institución impersonal.

    • En los mercados y conversaciones digitales, esta voz humana genera conexión, confianza y empatía.

  5. Los hiper-enlaces socavan a las jerarquías.

    Antes, la información estaba controlada por jerarquías tradicionales: gobiernos, medios, empresas, expertos. Solo unos pocos decidían qué información se compartía y cómo.Con los hiper-enlaces en internet, cualquiera puede acceder, compartir, conectar y comparar información de múltiples fuentes, sin depender de una autoridad central.

    1. Esto rompe las estructuras jerárquicas tradicionales, porque:

      1. Da más poder a los usuarios.

      2. Democratiza el acceso a la información.

      3. Permite que las personas encuentren otras voces, perspectivas y conocimientos al margen del “orden oficial.

    1. Lo que ocurre en los mercados, también sucede entre los empleados. Una construcción metafísica llamada "Compañía" es lo único que queda entre los dos.

      Lo que pasa en los mercados (diálogo abierto, intercambio de ideas, colaboración entre personas reales) también ocurre dentro de las empresas, entre empleados.

      Tanto los consumidores como los trabajadores son personas que quieren comunicarse de forma auténtica, tener voz, ser escuchadas, compartir ideas y conectar con otros.

      Pero muchas veces, la empresa (la “Compañía”) actúa como una estructura rígida, impersonal y burocrática que bloquea esa conexión natural entre los empleados y el mundo exterior.

      Al llamarla una “construcción metafísica”, se sugiere que la “empresa” es una especie de ficción o sistema abstracto que interfiere en la comunicación real entre seres humanos —tanto dentro como fuera de la organización.

    2. Las corporaciones no hablan en la misma voz que estas conversaciones interconectadas. Para su "audiencia objetivo", las compañías suenan huecas, opacas, literalmente inhumanas.

      Las conversaciones interconectadas (como en redes sociales, foros, chats, blogs) son naturales, espontáneas, sinceras y ocurren entre personas reales. En contraste, las corporaciones suelen hablar con lenguaje corporativo: formal, vacío, impersonal, lleno de jerga o frases hechas. Para su “audiencia objetivo” (un término ya frío en sí mismo), esta forma de comunicarse no genera conexión emocional. Al contrario, suena:

      1. Hueca: sin contenido genuino.

      2. Opaca: sin transparencia, difícil de entender o confiar.

      3. Inhumana: sin empatía ni personalidad.

    3. En sólo unos pocos años, la actual "voz" homogenizada del mundo de los negocios -- el sonido de misiones corporativas y folletos oficiales -- parecera an rebuscada y artificial como el lenguaje de la corte francesa en el siglo 18

      La comparación con el lenguaje de la corte francesa del siglo XVIII (elegante, ceremonial, pero completamente alejado del pueblo) sugiere que ese tipo de comunicación:
      Pronto será visto como anticuado, ridículo o irrelevante. No sobrevivirá en un mundo donde la autenticidad, la transparencia y la voz humana son cada vez más valoradas.

      1. Las compañías que asumen que los mercados en linea son iguales a los mercados que ven sus anuncios por televisión, se engañan a si mismas.

        Los mercados tradicionales, como los de la televisión, eran unidireccionales: la empresa hablaba, y el consumidor solo escuchaba. No había diálogo real. En cambio, los mercados en línea (redes sociales, foros, sitios web interactivos) son conversacionales, participativos y dinámicos. Las personas pueden responder, criticar, compartir, e incluso influir en la reputación de una marca. Las empresas que tratan a los usuarios online como una audiencia pasiva, simplemente lanzándoles mensajes publicitarios como si fuera televisión, están malinterpretando completamente cómo funciona internet.

        1. Esto puede llevarlas a fracasar en conectar con sus públicos, porque no están escuchando ni dialogando, solo repitiendo viejas fórmulas en un entorno nuevo.

        1. No hay secretos. El mercado en red sabe más que las empresas acerca de sus propios productos. Y ya sea que las noticias sean buenas o malas, se las comunican a todo el mundo.

          Gracias a internet y las redes sociales, los consumidores pueden compartir experiencias, opiniones, fallos, virtudes o detalles técnicos sobre productos en tiempo real.

          • A menudo, los usuarios —o comunidades en línea— descubren más rápido los problemas o mejoras necesarias en un producto que la misma empresa que lo fabrica.

          • Ya no hay manera de ocultar errores, prácticas dudosas o defectos: todo se sabe y se difunde rápidamente.

          • Incluso si una empresa trata de “maquillar” la realidad, el mercado en red (los consumidores conectados) sacará la verdad a la luz.

          • Y esto no solo aplica a lo negativo: las buenas noticias también se amplifican, si hay valor y honestidad real.

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